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Fundación Banco de Bogotá

Alejandro Torres

Alejandro, un amor por la tecnología desde siempre

Pocas personas saben desde muy pequeños a qué se dedicarán cuando sean adultos, este es el caso de Alejandro Torres, un estudiante de ingeniería electrónica de la Universidad del Valle, quien es beneficiario del ‘Programa para el desarrollo del talento digital, Juan María Robledo´ del Banco de Bogotá . Alejandro, un joven caleño de 20 años, siempre fue un niño curioso que se preguntaba cómo era el funcionamiento de todo lo que veía a su alrededor, para darle respuesta, no encontraba otra opción más que desarmar sus juguetes y ver cómo eran por dentro.

Hubo una navidad en particular en la que mis papás hicieron un gran esfuerzo por regalarme un carrito con control remoto, recuerdo que alumbraba y daba vueltas por todos lados. Fue un gran regalo, aunque realmente no me duró ni una semana, lo desarmé para ver cómo funcionaba. Terminé disfrutando las lucecitas, las conecté a la batería del carrito y las prendía todo el tiempo”, cuenta Alejandro entre risas.

Con el tiempo, la curiosidad por conocer cosas nuevas no se disipó, tanto así que sus papás evidenciaron su interés y lo matricularon en un colegio en el que recibió el título de bachiller técnico en reparación y mantenimiento de equipos de audio y vídeo. En el colegio, tuvo la oportunidad de arreglar una de las mesas de ingeniería en las que trabajaban para que pudiera continuar transmitiendo energía. Luego de tener éxito, se sintió entusiasmado y decía con orgullo y satisfacción: “lo que sea que se les dañe, me lo dan que yo lo arreglo”.

Es así como un vecino le dio su primer voto de confianza y puso en sus manos un equipo de sonido que ya daban por perdido. Cuenta Alejandro que  sintió la confianza para decirle, entre risas, “yo puedo intentar arreglarlo y si queda bien me da para la gaseosa, pero si no, pues estoy aprendiendo y usted sabe”. Luego de un par de horas intentado arreglar el equipo, lo logró, así que Alejandro recibió $10.000 para la gaseosa y una recarga de autoestima y satisfacción única.

Hoy Alejandro estudia en a universidad y cuenta, que además de aquel equipo de sonido, ya tiene en su lista un sinfín de artículos que con el tiempo ha aprendido a reparar. Agrega que todo ha sido posible gracias al esfuerzo que sus papás hicieron; si bien creció en un barrio popular de Cali, en el que se veían graves problemáticas sociales a las que desde niño estuvo expuesto, estas no frustraron su desarrollo. “Mis papás se divorciaron cuando yo estaba muy pequeño y mi mamá siempre ha sido muy laxa conmigo, a esa edad cualquier niño decide irse con su mamá, pero yo decidí quedarme con mi papá y hoy podría decir que gran parte de lo que soy es gracias a él, a la firmeza con que siempre me habló, a sus consejos, y a su guía día a día para que yo fuera mi mejor versión”, dijo Alejandro.

Mis papás siempre me han apoyado en todo y ahora que estoy en la universidad los dos se sienten muy orgullosos de mi. Ahora que soy parte del programa para el desarrollo del talento digital, Juan María Robledo del Banco de Bogotá están muy orgullosos de mi, el día que se enteraron los dos me felicitaron y tal como lo hacen los papás, publicaron la noticia en todas sus redes sociales”, agregó Alejandro.

Muy cerca de cumplir una meta más en su vida, Alejandro ya cursa sexto semestre en la universidad y una vez se gradúe, sueña con crear una empresa de la mano de sus amigos en la que puedan trabajar en el desarrollo de equipos electro médicos que permitan mejorar la calidad de vida de muchas personas, “tengo amigos en varias carreras y todos apuntamos a lo mismo, a crear una empresa cuando nos graduemos, obviamente cada uno trabajando en su foco de experiencia y educación; yo claramente desde la electrónica”.

Dice con entusiasmo, que contar con el apoyo de una de las empresas más grandes del país, el Banco de Bogotá, para cumplir su meta de ser profesional, es un orgullo. No solo por estar en un programa que cree en las oportunidades de su carrera a futuro, sino porque tiene la posibilidad de conocer gente nueva, experta en otras áreas a fines a la suya, y recibir formación especial y personalizada de los mejores líderes del Banco de Bogotá debido al programa de mentorías. Alejandro dice que “las mentorías que están haciendo son lo máximo, apenas llevo dos, pero me han parecido increíbles. Tener la posibilidad de escuchar a los mejores expertos del Banco de Bogotá es invaluable y me siento orgulloso y especial porque vieron en mi algo y confiaron en mis capacidades. Gracias Banco de Bogotá”.

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